La revolución científica comenzó a mediados del siglo XVI y
duró hasta finales del siglo XVII. Fue un período de desarrollo científico,
teórico y experimental revolucionario que contribuyó al comienzo de la ciencia
moderna.
Su influencia fue expansiva y numerosos desarrollos
transformaron ideas en los campos de física, astronomía, biología, matemáticas,
química y otros. Como resultado, la Revolución científica tendría una
influencia increíble en la Ilustración posterior y sus pensadores.
La Revolución científica comenzó con la publicación en 1543
de Sobre las revoluciones de las esferas celestiales (De revolutionibus orbium
coelestium), el trabajo fundacional y pionero de Nicolaus Copernicus que presentó
el modelo heliocéntrico de cosmología que colocó al sol, no a la Tierra, en el
centro del universo. La revolución finalmente terminó con el trabajo
cosmológico de Isaac Newton Principios matemáticos de la filosofía natural que
se publicó en 1687.
A través de estos títulos revolucionarios, así como de las
obras de muchos otros académicos y académicos, la Revolución Científica no solo
vio una transformación fundamental en las ideas y opiniones científicas del
mundo, sino también una transformación de las opiniones antiguas expresadas en
el aristotelismo, que todavía desempeñaron un papel importante. Papel en el
marco del pensamiento del siglo XVII.
Muchos pensadores estuvieron activos durante la Revolución
científica, quienes hicieron algunos descubrimientos científicos notables en
una variedad de dominios. El médico Andreas Vesalius, considerado por algunos
como el padre de la anatomía humana, teorizó ampliamente sobre el cuerpo humano
y descubrió que la circulación de la sangre era una consecuencia del bombeo del
corazón. El filósofo inglés Francis Bacon (1561–1626) hizo importantes
contribuciones al esfuerzo científico a través de su interés y articulación del
método científico que enfatizó la necesidad de recopilar y organizar datos que
ayuden a generar hipótesis inductivas. El famoso astrónomo y físico italiano
Galileo Galilei (1564–1642), considerado por algunos como el padre de la
astronomía y recordado por defender el heliocentrismo a pesar de su
controversia en ese momento, No solo mejoró el telescopio, sino que realizó
numerosas observaciones astronómicas. Johannes Kepler (1571-1630) describió sus
tres leyes del movimiento planetario, e Issac Newton (1643-1727) propuso la ley
de la gravitación universal y desarrolló el cálculo infinitesimal.
El trabajo científico de estos hombres, así como muchos
otros, en última instancia, cambió la forma en que los seres humanos realizaban
la investigación científica y, quizás lo más importante, cómo veían el mundo.
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